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Mis valores educativos: el Enfoque Inteligente


Defino inteligencia como la capacidad de un ser vivo para conseguir sus objetivos: dicho individuo será más inteligente si es más eficaz y eficiente al realizar acciones para conseguirlos.

Como es una capacidad, es desarrollable con esfuerzo y tiempo hasta completar el potencial de cada persona. Y tiene sentido que sea desarrollable si el objetivo de este valor es facilitar la obtención de felicidad, ya que ésta debería estar al alcance de todos.

Una persona no es más capaz por ser más habilidosa (tener más habilidades) sino por ser más eficaz respecto a lo que se propone de la forma en que lo hace. También quiero destacar la idea de que una persona que tiene más facilidad puede tener menos talento que otra que no lo cultiva, porque las capacidades no se mantienen estables, y si no aumentan tienden a disminuir.

Pero la gente no realiza las cosas de la misma forma, ésto es así porque tienen capacidades diferentes y por tanto formulan y ejecutan estrategias diferentes. Me identifico como defensor del modelo de inteligencias múltiples, cuyos puntos clave paso a describir brevemente a continuación:

- Todos poseemos las ocho inteligencias cada una desarrollada a un nivel: desde únicamente aspectos más rudimentarios a niveles más avanzados de genialidad. Para la mayoría de nosotros nuestra situación sería tener alguna muy desarrollada, otras modestamente y otras subdesarrolladas.

- Al ser capacidades, se pueden desarrollar a través de su trabajo, dedicándoles tiempo y esfuerzo. En algunas este trabajo se verá más fácilmente recompensado y en otras costará mucho más, pero todos podemos desarrollar las ocho inteligencias hasta un nivel razonable de rendimiento si recibimos el apoyo, el enriquecimiento y la formación adecuada. Dentro de los límites de cada uno, claro.

- Aunque se hayan clasificado separándose para facilitar su estudio, cuando realizamos una acción no usamos un solo tipo de inteligencia: inconscientemente la visión, el enfoque y el despliegue se ven determinados por la interacción de estos niveles de inteligencia.

- Existen muchas formas de abordar un desafío desde cada tipo de inteligencia, es decir, estas inteligencias múltiples se aplican de diversos modos. Dos personas con alta inteligencia lingüística pueden desplegar acciones diferentes para resolver problemas en su día a día, uno puede leer mucho y otro narrar historias extraordinarias con su gran vocabulario; incluso puede darse el caso de que la primera persona no tenga un amplio vocabulario y que la segunda no sepa leer, siendo ambas personas genios en este tipo de inteligencia.

Los tipos de inteligencias múltiples (hasta la fecha):

  1. Inteligencia lingüística. Las personas muy lingüísticas piensan en palabras y las utilizan para dar forma a su concepción del mundo; les gusta leer, escribir, explicar historias, los juegos de palabras; necesitan libros, casetes, objetos para escribir, papel, periódicos, diálogo, conversación, debates, historias.

  2. Inteligencia lógico-matemática. Las personas muy lógico-matemáticas piensan razonando; les gusta experimentar, preguntar, resolver enigmas lógicos, calcular; necesitan materiales para experimentar, materiales científicos, y para manipular.

  3. Inteligencia espacial. Las personas muy espaciales piensan en imágenes; les gusta diseñar, dibujar, visualizar, garabatear; necesitan arte, piezas de construcción, vídeos, películas, diapositivas, juegos de imaginación, laberintos, puzles, libros ilustrados, visitas a museos de arte.

  4. Inteligencia cinético-corporal. Las personas muy cinéticas-corporales piensan a través de sensaciones corporales; les gusta bailar, correr, saltar, construir, tocar, gesticular; necesitan juegos de rol, teatro, movimiento, juegos de construcción, de3porte y juegos físicos, experiencias táctiles, aprendizaje manual.

  5. Inteligencia musical. Las personas muy musicales piensan a través de ritmos y melodías; les gusta cantar, silbar, canturrear, crear ritmos con los pies y las manos, escuchar; necesitan cantar acompañados, asistir a conciertos, tocar algún instrumento en casa y en el colegio, instrumentos musicales.

  6. Inteligencia interpersonal. Las personas muy interpersonales piensan transmitiendo ideas a otras personas; les gusta liderar, organizar, relacionarse, manipular, mediar, asistir a fiestas; necesitan amigos, juegos en grupo, reuniones sociales, actos colectivos, clubes, mentores/discípulos.

  7. Inteligencia intrapersonal. Las personas muy intrapersonales piensan en relación con sus necesidades, sentimientos y objetivos; les gusta establecer objetivos, mediar, soñar, planificar, reflexionar; necesitan lugares secretos, soledad, proyectos propios, decisiones.

  8. Inteligencia naturalista. Las personas muy naturalistas piensan a través de la clasificación y el orden de las cosas. Por ello diferencian y ordenan los elementos de la naturaleza y las formas naturales, de ahí que los naturalistas sean buenos gestores de sistemas; Al conocer las funciones de las partes, aprenden a valorar y a cuidarlas.

  9. ¿Inteligencia existencial? La pongo entre interrogantes ya que aunque se ha puesto muy de moda últimamente, para que un tipo de inteligencia sea considerado como tal, falta un requisito que es el de tener una parte del cerebro evolutivamente asociada a dicha inteligencia, y no es el caso de ésta. Aunque me parece interesante: plantea que las personas existencialistas piensan en función de su esquema de las grandes cuestiones de la existencia y toman decisiones acordes a las resoluciones a las que hayan llegado. Dentro de la inteligencia existencial está la parte espiritual.

LA INTELIGENCIA COMO FIN EDUCATIVO:

El fin de la educación es permitir a través del desarrollo de la persona que ésta sea feliz. Asocio la inteligencia con el valor de la felicidad en el sentido de que un individuo será más feliz si tiene sus necesidades cubiertas y si se desarrolla cubriendo más necesidades que le siguen surgiendo o decide tener (Al final, cubrir una necesidad se traduce en requisitos que se pueden formular en objetivos alcanzables).

Por tanto, una vez determinadas las necesidades que tiene esa persona en ese momento y traducidas en objetivos, la inteligencia pasa a tener protagonismo en el sentido de que permitirá de forma más o menos eficaz y eficiente el enfocar, plantear, desplegar, evaluar y mejorar las acciones que se empleen para lograr cumplir esos objetivos y así obtener un resultado percibido de felicidad.

Que las personas en su pasado y presente no tengan los mismos objetivos, por ser cualitativamente diferentes o simplemente porque ante una misma necesidad se planteen diversos niveles de exigencia, no es razón suficiente para no ampliar sus capacidades frente a los retos que hayan de venir en un futuro. Por eso, considero que se deben trabajar y desarrollar todos los modelos de inteligencia y seguir perseverando de forma continua en ellos, no siendo conformistas con el grado de eficacia y eficiencia al que hacemos las cosas, por muy sobresaliente que sea.

En efecto, la escuela debe ser un centro donde se desarrollen las capacidades de las personas. Por tanto, no creo que a nadie le sorprenda que sea un espacio donde las personas se vuelvan cada vez más inteligentes.

Pero, con todo esto, las personas son diferentes en el sentido de que su potencial y rendimiento de sus capacidades también lo es. Tienen puntos fuertes, áreas medias y capacidades más débiles, y aunque deban desarrollarse todas, no creo que deban desarrollarse por igual, ya que no tiene sentido que te empeñes en resolver un problema de una forma que para ti suponga mucho esfuerzo porque tengas un bajo rendimiento en dicha capacidad.

Una vez determinados cuáles son o no son tus puntos fuertes, lo suyo es potenciar más aquellos que a ti te renten mejor para lograr tus objetivos. Y, si hay que compensar porque necesites sí o sí una capacidad que te sea ineficiente para lograr un objetivo, o porque te suponga un riesgo grande a tu proyecto de vida, también hacer especial esfuerzo en potenciarla.

Además, las diferentes inteligencias se desarrollan de formas diferentes. Por ejemplo: para desarrollar la inteligencia lingüística se pueden fomentar más ejercicios de presentaciones orales, relatar historias o escribir respuestas a preguntas abiertas; mientras que para desarrollar la interpersonal podemos realizar reuniones o trabajos en equipo por grupos pequeños, asumir roles o fomentar la ayuda mutua con una serie de problemas.

También, me gusta remarcar que para que cualquier sistema u organismo cumpla unos objetivos, no dispone solo de una herramienta o un único plan para hacer las cosas, sino que, por si hay imprevistos, dispone de formas alternativas de lograr resultados favorables. En este contexto, la idea predominante es que no vale con hacer las cosas de un único modo porque se posea una única capacidad sobresaliente, sino que es necesario cultivar el máximo número de habilidades que sea posible para poder acometer con éxito incidencias y retos en un futuro imprevisto. La idea es que aunque tengas una carta muy buena, procures que no sea tu única jugada posible en la que bases en ella tu felicidad futura.

Como veis, la inteligencia sin un objetivo no existe, por ello, el primer paso a ser inteligente es definir tus objetivos a partir de tus necesidades. El segundo es identificar tus capacidades y evaluar potencial en función de tu rendimiento y capacidad de mejora en ellas; Y ya, con tu plan de acción y herramientas para actuar, poder emplearlas para alcanzar lo que te propongas.

Por supuesto, también hay otra cosa a tener en cuenta: igual que una persona no es buena por pensar bien, sino por obrar bien; una persona no es inteligente porque tenga capacidades que le lleven al éxito, sino porque las utilice. Y esto implica una voluntad. Por suerte, si nuestros objetivos están bien definidos, ser felices suele ser más que suficiente para motivarnos a ser inteligentes.

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