Mis valores educativos: la Voluntad Bondadosa
- Daniel Álvarez
- 26 feb 2017
- 2 Min. de lectura

La bondad es una cualidad o condición de algo. Creo que si hay algo bueno en el mundo, debe ser aquello que nos permite precisamente ser felices. Y si hay algún mal, debe ser aquello que nos impida ser felices. Ésta es mi idea del bien y del mal. Y como no existe únicamente el blanco y el negro, tenemos una amplia paleta de grises en los que decimos que algo es más o menos bondadoso o bueno, y algo es más o menos malvado o malo.
Además, la felicidad no es un estado constante, es temporal, incluso puntual. Por lo tanto, la bondad o maldad de algo puede variar en función del tiempo. No pasa nada por no ser felices siempre, pero hay que orientarse a evitar precisamente los actos que ocasionan daños irreparables en un futuro.
A veces, realizar un pequeño mal en el presente puede acarrear un bien mayor en el futuro y viceversa. Incluso pueden tener conclusiones imprevistas que también hay que saber asumir. Por eso, las actuaciones que tomamos deben considerarse también en función de las consecuencias y asumir la responsabilidad de los actos.
Como la felicidad es una percepción, la bondad de algo es relativa a la experiencia en cada persona, para buscarla se debe hallar un modo de acuerdo social o conlleva un riesgo de equivocarse. A pesar de ésto, el miedo a causar un daño no debe ser impedimento para tomar decisiones y actuaciones cuando se crea necesario. Pensar que la solución es evitar todo lo esencialmente discutible, es dirigirse a un camino que no conduce a ninguna parte. Es necesario ser valiente para optar por un camino más bondadoso.
Pero aunque sea un resultado, el enfoque o la intención con la que se ejecutan las acciones importa, y es lo que marca la diferencia: los elementos bondadosos han sido llevados a cabo con una intención bondadosa: sin ella, aunque el resultado sea feliz, la acción deja de ser bondadosa. Cultivar esta intención es el primer paso en el aula.
LA BONDAD COMO FIN EDUCATIVO:
Quería matizar aquí que la educación es un proceso bondadoso ya que permite que la sociedad sea cada vez más feliz por medio de profesores que han elegido ellos mismos ayudar a otras personas.
Enseñar a las personas a “hacer el bien” o a tomar decisiones y actuar de una forma que tengan en cuenta como resultado la felicidad que perciben los demás, es uno de los mayores logros sociales que puede inculcar una persona.
Por tanto, lo qué espero fomentar como profesor es lo siguiente: Que decidan qué consideran bueno y qué malo para ellos, que sepan distinguir lo que les produce felicidad de lo que se la quita, que tomen decisiones en función de criterios, valoren de cómo afectan las consecuencias a todas las partes, sean capaces de hacerse cargo de las consecuencias de sus acciones; que acepten las equivocaciones, que aprendan a conversar y a discutir para poder entenderse, etc…
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